El verbo embarcar(se) lleva un complemento que comienza por en, no a, para indicar aquello en lo que alguien sube o participa: embarcarse en una aventura, no a una aventura.
No obstante, se pueden encontrar frases en los medios en las que se emplea la preposición inadecuada: «Sin dudarlo, se embarcó a esa arriesgada aventura en la República Dominicana», «Earhart se embarcó a esta aventura junto al navegante Fred Noonan» o «Se siente nuevamente como un novato mientras se prepara para embarcarse a un nuevo desafío en su carrera».
Tal como se recoge en el Diccionario del estudiante, embarcar(se) se construye, en cualquiera de sus acepciones, seguido de la preposición en, que introduce el complemento que indica el medio de transporte al que alguien o algo sube o la tarea en la que alguien se implica: embarcarse en un tren, embarcarse en un proyecto, embarcar algo en un avión… No es apropiado, por tanto, emplear la preposición a.
Así pues, en los ejemplos iniciales lo indicado habría sido «Sin dudarlo, se embarcó en esa arriesgada aventura en la República Dominicana», «Earhart se embarcó en esta aventura junto al navegante Fred Noonan» y «Se siente nuevamente como un novato mientras se prepara para embarcarse en un nuevo desafío en su carrera».
