Los sustantivos electrolinera, gasinera e hidrogenera, creados por analogía con la voz gasolinera, son términos válidos.
Ante los cambios que está experimentando el sector automovilístico, en la prensa cada vez es más frecuente encontrar estos términos en frases como «Electrolineras y gasineras buscan ser la alternativa para ahorrar en plena subida de carburantes» o «El estado de California destina veinte millones de euros al año para instalar hidrogeneras», que pueden considerarse válidas.
La voz electrolinera ya está recogida y avalada en algunos diccionarios de uso, como el Clave, con el significado de ‘estación de servicio con dispensadores de energía para recargar las baterías de los vehículos eléctricos’.
Gasinera e hidrogenera, formadas, como electrolinera, por acronimia (de gas y gasolinera la primera y de hidrógeno y gasolinera la segunda), pueden considerarse igualmente válidas, ya que su morfología y significado son regulares, por lo que, en principio, no precisan de ningún tipo de resalte.
Con gasinera se hace mención específicamente a aquellas estaciones de servicio que sirven gas natural (licuado o comprimido) a los vehículos de consumo mixto, y con hidrogenera a las que ofrecen hidrógeno como combustible alternativo.
La propia voz gasolinera, que sirve de modelo para el resto de las voces comentadas, es de uso frecuente en países como Colombia, España, México, Panamá o Puerto Rico, mientras que en otros como Argentina, Chile o el Perú son habituales puestos de gasolina, estaciones de servicio, bombas o bombas de bencina y grifos, entre otras.
Del mismo modo, son también denominaciones frecuentes y válidas las de puesto o estación de carga para las electrolineras y las formas estaciones GLP (abreviatura de gas licuado de petróleo) o GNC (de gas natural comprimido) y estaciones de autogás para las gasineras.
Se puede escuchar también el pódcast en el que tratamos este mismo asunto.