La palabra ébola se escribe con inicial minúscula cuando se emplea de manera informal para referirse a la enfermedad causada por el virus del mismo nombre, pero con mayúscula para aludir a este (virus del Ébola), a la fiebre que produce (fiebre hemorrágica del Ébola) y al nombre completo de la enfermedad (enfermedad del Ébola).
Sin embargo, en los medios de comunicación es frecuente encontrar frases como «El Ébola llega a Mali» o «La OMS confirma 86 muertes por virus de Ébola en Guinea».
El virus del Ébola, causante de una enfermedad caracterizada por una ‘fiebre hemorrágica muy grave y fulminante’, recibe su nombre del río de la República Democrática del Congo en el que se aisló por primera vez.
Por ello, cuando se emplean las expresiones virus, enfermedad o fiebre hemorrágica del Ébola, este nombre se escribe con mayúscula inicial y con el artículo determinado en masculino como todos los nombres de ríos (virus del Ébola, no virus de Ébola), aunque, por influencia del inglés, aparece en ocasiones sin la preposición (virus Ébola), uso este que se desaconseja en español.
La ortografía académica establece que en las denominaciones de enfermedades que incluyen un nombre propio se ha de respetar la mayúscula de este (enfermedad de Parkinson, mal de Alzheimer…). Pero añade que «cuando el nombre propio pasa por sí solo a designar la enfermedad, se convierte en un nombre común, que debe escribirse con minúscula inicial y someterse a las reglas ortográficas del español: Su padre tenía párkinson; Trabaja en una fundación para la investigación del alzhéimer».
Por eso, en los ejemplos anteriores habría sido preferible escribir «El ébola llega a Mali» y «La OMS confirma 86 muertes por virus del Ébola en Guinea».
Por su parte, la Real Academia Nacional de Medicina, en su Diccionario de términos médicos, recomienda que en textos médicos se utilicen siempre las denominaciones especializadas virus del Ébola, fiebre hemorrágica del Ébola o enfermedad del Ébola.