El término diaconisa es el femenino adecuado de diácono, y no diácona ni diaconesa.
Con motivo del anuncio del papa Francisco de la creación de una comisión que estudie la posibilidad de que las mujeres puedan acceder a esa condición, en los medios aparecen frases como «El papa, abierto a la posibilidad de ordenar a mujeres diáconas», «Se creará una comisión para estudiar si las mujeres pueden servir como diaconesas en la Iglesia católica» o «Francisco abre la puerta a que las mujeres sean diácono, casen y bauticen».
El diccionario académico recoge diaconisa desde su primera edición en 1732. En la actualidad se define como ‘mujer que en la Antigüedad era consagrada o bendecida para ejercer determinados ministerios en las Iglesias cristianas’, una figura que desapareció posteriormente en la Iglesia católica y cuya recuperación se estudiará ahora.
Se trata de un término preferible a diácona y diaconesa. Tampoco resultan aconsejables para el femenino las formas diácono, mujer diácono ni mujer diaconisa.
Así, en los ejemplos anteriores lo adecuado habría sido escribir «El papa, abierto a la posibilidad de ordenar a diaconisas», «Se creará una comisión para estudiar si las mujeres pueden servir como diaconisas en la Iglesia católica» y «Francisco abre la puerta a que las mujeres sean diaconisas, casen y bauticen».