Conservador es la ‘persona que cuida de los fondos, documentos e intereses de algunas instituciones’ (catalogación, investigación, gestión…), mientras que restaurador es aquella ‘persona que tiene por oficio reparar, pinturas, estatuas o porcelanas’, de acuerdo con el diccionario académico.
En los medios de comunicación, sin embargo, se confunden ambos términos en ocasiones: «El equipo de conservadores del museo ha conseguido después de varios meses de trabajo dejar la obra en un estado excelente» o «El restaurador lleva cuidando de la colección desde que se expuso al público».
En los anteriores ejemplos, lo apropiado habría sido escribir «El equipo de restauradores del museo ha conseguido después de varios meses de trabajo dejar la obra en un estado excelente» y «El conservador lleva cuidando de la colección desde que se expuso al público».