Competitividad, y no competividad, es el término adecuado para referirse a la capacidad de competir.
En los medios, sin embargo, se encuentra la forma acortada en frases como «La digitalización supondría una reducción de costos y mayor competividad», «Costa Rica bajó siete puestos en el Informe de Competividad Global del FMI» o «Es otra de las voces que pide devolver la competividad al equipo».
El adjetivo que alude a la capacidad de competir es competitivo (no competivo) y de él deriva el sustantivo competitividad, recogido en el diccionario académico desde 1992. Como señala la Nueva gramática de la lengua española, sigue la pauta de otros como activo/actividad, creativo/creatividad, colectivo/colectividad…
Así pues, en los ejemplos anteriores, lo adecuado habría sido escribir «La digitalización supondría una reducción de costos y mayor competitividad», «Costa Rica bajó siete puestos en el Informe de Competitividad Global del FMI» y «Es otra de las voces que pide devolver la competitividad al equipo».