Tanto la clienta como la cliente son formas válidas, tal como señala el Diccionario panhispánico de dudas.
En los medios de comunicación, es frecuente encontrar ejemplos como «Arrestan a un trabajador de una gasolinera por intentar abusar de una clienta» o «Esto va a permitir que los profesionales den respuesta a lo que realmente le interesa la cliente». En estos ejemplos, la utilización de una u otra forma es válida.
El sustantivo cliente es común en género: el cliente, la cliente. La forma femenina clienta es la de mayor uso en el lenguaje culto.