cabeza de serie, no sembrado

Foto: ©Archivo EFE/Nico Aguilera

La forma adecuada de aludir a los jugadores que, por su nivel y sus marcas anteriores, tienen un tratamiento especial en la programación de los torneos es cabezas de serie, no sembrados.

En las noticias deportivas, sobre todo las relacionadas con el tenis, pueden verse ejemplos como los siguientes «Soportó un final tenso para preparar un choque contra el octavo sembrado», «El yucateco es uno de los sembrados mexicanos de mejor nivel» o «La sembrada número uno del torneo derrotó a la estadounidense».

El empleo de sembrado está tomado del verbo inglés to seed, que, según explica el diccionario Merriam-Webster, se aplica a la planificación de los torneos en la que los jugadores de nivel superior no se enfrentan entre sí en las primeras rondas. En español, el verbo sembrar no tiene este significado y, de hecho, con este valor impropio apenas se emplea más que el participio.

Tal como señala el diccionario académico, un cabeza de serie en una competición es un ‘equipo o jugador que por resultados anteriores se sitúa el primero entre los de su grupo, lo que le permite evitar el enfrentamiento con otros de su mismo nivel’, sentido que se corresponde con lo que se quiere expresar con sembrado, lo que hace innecesario el uso del anglicismo.

En consecuencia, en los ejemplos anteriores lo adecuado habría sido «Soportó un final tenso para preparar un choque contra el octavo cabeza de serie», «El yucateco es uno de los cabezas de serie mexicanos de mejor nivel» y «La cabeza de serie número uno del torneo derrotó a la estadounidense».

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