La construcción clamar al cielo es adecuada para referirse a una cosa que es ‘manifiestamente escandalosa’, por lo que no es apropiado su empleo como sinónimo de poner el grito en el cielo, que significa ‘clamar en voz alta, quejándose vehementemente de algo’.
Sin embargo, en la prensa se pueden leer frases como «Los portugueses claman al cielo por los 21 000 millones que les ha costado rescatar a su banca», «El Athletic clama al cielo por los horarios ante el Valencia» o «Dinamarca clama al cielo: “¿Qué diablos es esto?”».
Como muestra su entrada en el Diccionario de la lengua española, la locución clamar algo al cielo requiere un sujeto que designe aquello que es motivo de escándalo: «El abandono que estamos sufriendo las familias clama al cielo».
Por su parte, cuando se quiere hablar de una protesta, se utiliza la locución poner el grito en el cielo, cuyo sujeto hace referencia a quien la realiza. Además, esta forma normalmente se acompaña de un complemento que expresa el objeto de la queja, como en «Hay quien puso el grito en el cielo con el tema de la faja». El uso de clamar al cielo como equivalente de poner el grito en el cielo es incorrecto, por tanto.
Así pues, en los ejemplos anteriores lo recomendable habría sido escribir «Los portugueses ponen el grito en el cielo por los 21 000 millones que les ha costado rescatar a su banca», «El Athletic pone el grito en el cielo por los horarios ante el Valencia» o «Dinamarca pone el grito en el cielo: “¿Qué diablos es esto?”».