capilla ardiente: ni se celebra ni tiene lugar

Foto: © Archivo EFE / Román Ríos

Una capilla ardiente se instala, se dispone, se abre…, pero no se celebra ni tiene lugar.

Sin embargo, en los medios de comunicación se leen frases como «El Vaticano ha anunciado que el próximo lunes se celebrará la capilla ardiente de Benedicto XVI», «La capilla ardiente tendrá lugar desde este lunes 2 de enero» o «La capilla ardiente tendrá lugar en la basílica de San Pedro».

La voz capilla ardiente se refiere a una ‘cámara donde se vela un cadáver o se le tributan honras’, de modo que se trata de un lugar, no de un acto. Otras definiciones que ofrece el diccionario académico son ‘la [capilla] de la iglesia en que se levanta el túmulo y se celebran honras solemnes por algún difunto’ y ‘oratorio fúnebre provisional donde se celebran las primeras exequias por una persona, en la misma casa en que ha fallecido’.

Como puede verse, en los tres casos se habla de un lugar, no de un acto. Y dado que los lugares no pueden celebrarse ni tener lugar, lo adecuado es emplear verbos como instalar, disponer o abrir, entre otros.

Así, en los ejemplos anteriores lo apropiado habría sido escribir «El Vaticano ha anunciado que el próximo lunes se dispondrá la capilla ardiente de Benedicto XVI», «La capilla ardiente abrirá desde este lunes 2 de enero» y «La capilla ardiente se instalará en la basílica de San Pedro».

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