Candidato oficialista, no candidato oficial, es la voz adecuada para referirse a un aspirante a la presidencia perteneciente al partido gobernante de un país.
En relación con las elecciones a la presidencia de un país, se encuentran en diferentes medios frases como «La candidata Mirlande Manigat obtiene una intención de voto del 36 %, mientras que el candidato oficial, Jude Celestin, cae a un 20,2 %».
Los dos candidatos que se mencionan en los ejemplos anteriores son oficiales; sin embargo, solo uno es el candidato oficialista, es decir, el candidato que pertenece al partido gobernante, tal como indica el diccionario académico.
Así, en el ejemplo anterior lo apropiado habría sido escribir «La candidata Mirlande Manigat obtiene una intención de voto del 36 %, mientras que el candidato oficialista, Jude Celestin, cae a un 20,2 %».
Este uso de oficialista no se restringe a las elecciones presidenciales: se emplea asimismo para indicar que un candidato a cualquier puesto -⁠académico, sindical, político…- es el apoyado por la dirección de la organización de que se trate.