Bumerán o búmeran, y no bumerang, son las adaptaciones recomendadas de la voz inglesa boomerang.
En los medios de comunicación es habitual encontrar tanto la grafía bumerang como el sustantivo inglés boomerang: «El ‘efecto boomerang’ que puede producir el boicot a los productos catalanes» o «Una medida implantada en los años setenta para luchar contra la superpoblación con efecto bumerang».
Se desaconseja la grafía bumerang porque, tal y como señala el Diccionario panhispánico de dudas, es una forma híbrida, que no es ni inglesa ni española.
Por otra parte, la hispanización de boomerang presenta dos acentuaciones válidas: en algunos países como Argentina, Ecuador o México, se prefiere la esdrújula búmeran; mientras que en España y en otras zonas de América predomina la aguda bumerán.
El plural de la forma esdrújula es invariable, los búmeran, mientras que el de la forma aguda es regular: los bumeranes.
Se recuerda además que la expresión efecto bumerán (o búmeran), ampliamente asentada y recogida en el diccionario académico con el significado de ‘resultado de una acción que se vuelve contra su autor’, no necesita ser destacada en cursiva ni entrecomillada.
Así pues, en los ejemplos anteriores lo apropiado habría sido escribir «El efecto bumerán que puede producir el boicot a los productos catalanes» y «Una medida implantada en los años setenta para luchar contra la superpoblación con efecto búmeran».