El sustantivo beneficencia, no beneficiencia, es el adecuado para referirse al conjunto de instituciones que atienden a los necesitados.
Sin embargo, pueden encontrarse en los medios de comunicación algunas frases como estas: «Diseñadores chilenos subastan icónicas prendas en un evento de beneficiencia», «Reaparece tras las graves acusaciones de falsa beneficiencia» o «Los entierros de beneficiencia crecen un 45 %».
El Diccionario de la lengua española recoge el término beneficencia, que procede del latín beneficentia, con dos sentidos: ‘acción y efecto de hacer el bien a los demás’ y ‘conjunto de instituciones y servicios de ayuda a los necesitados’. Tal como señala el Diccionario panhispánico de dudas, no es apropiado emplear en su lugar beneficiencia, en la que se cambia erróneamente la terminación por -ciencia, con una i tras la primera c.
Así pues, en los ejemplos, lo apropiado habría sido «Diseñadores chilenos subastan icónicas prendas en un evento de beneficencia», «Reaparece tras las graves acusaciones de falsa beneficencia» y «Los entierros de beneficencia crecen un 45 %».
