La denominación batería de iones de litio es la preferible para el tipo de acumulador de electricidad por el que sus desarrolladores han recibido el Premio Nobel de Química.
En los medios de comunicación, sin embargo, no es raro ver este nombre escrito de modo impropio: «Nobel de Química para los padres de las baterías de ion-litio» o «El país apuesta también por las baterías de litio-iones».
Se llama ion (sin tilde) a un átomo que ha adquirido carga eléctrica positiva o negativa por la pérdida o ganancia de electrones. La base del funcionamiento de estas baterías son los iones de litio —⁠es decir, átomos de este elemento con un electrón de menos, que fluyen de un lado a otro en su interior⁠—, por lo que lo adecuado es batería de iones de litio. Menos específico, aunque también admisible, es baterías de litio.
Aunque de modo genérico, como especie química, se puede hablar de ion litio (sin guion), en este contexto concreto resulta preferible iones de litio, que es una expresión que describe con precisión su proceso fisicoquímico interno.
Por ello, en los ejemplos anteriores habría sido preferible escribir «Nobel de Química para los padres de las baterías de iones de litio» y «El país apuesta también por las baterías de iones de litio».
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