Tanto Antártica como Antártida son voces adecuadas para referirse al conjunto de tierras situadas en el polo sur terrestre.
En la prensa se pueden leer frases como «Ecuador reafirma su presencia en la Antártica con 15 proyectos científicos de investigación», «La dispersión de la gripe aviar en la Antártida es mayor de lo esperado» o «Misteriosos cambios en la atmósfera de la Antártida podrían alterar el clima global».
El Diccionario panhispánico de dudas señala que Antártica es la forma etimológica (‘opuesto al Ártico’) y la más empleada en Chile. Por su parte, el nombre Antártida, formado por analogía con otros topónimos que terminan en -da (Atlántida, Nueva Zelanda…), es el nombre más usado en el resto de los países hispanohablantes. Así pues, ambas opciones son igualmente apropiadas.
Por ello, todos los ejemplos del principio son válidos.
Cabe añadir que el adjetivo correspondiente es únicamente antártico, con ce, como recoge el Diccionario de la lengua española: «Un enorme iceberg se ha desprendido de la plataforma de hielo antártica».