Tanto alto el fuego como alto al fuego son formas válidas para referirse a la ‘suspensión de las acciones militares en una contienda’.
En los medios de comunicación aparecen ambas variantes: «El alto el fuego empieza en Líbano con avisos a la población para que aún no vuelva a sus casas», «Israel aprueba el alto al fuego en el Líbano», «El presidente de Brasil y su homólogo chino reiteran su exigencia de un alto el fuego en Ucrania y Oriente Medio», «Rusia afirma que es necesario que las potencias occidentales intervengan para negociar un alto al fuego en la guerra contra Ucrania».
De acuerdo con el Diccionario panhispánico de dudas, la expresión alto el fuego puede emplearse para ordenar que se deje de disparar («¡Alto el fuego!») o como locución nominal con el significado ya referido, y cuyo plural es invariable: los alto el fuego.
Además, esta misma obra aclara que la forma alto al fuego se usa en gran parte de América y con menos frecuencia en España, y se considera igualmente adecuada, por lo que todos los ejemplos anteriores son válidos.
Lo mismo cabe decir de las expresiones cese el fuego (la usual en España) y cese al fuego (más frecuente en América), ambas válidas.
Se recuerda, en cualquier caso, que alto el fuego no equivale a armisticio.