Un logaritmo es el exponente empleado en ciertos cálculos aritméticos, mientras que un algoritmo es la secuencia de operaciones que soluciona un problema.
Sin embargo, y quizá por su parecido fonético, no es infrecuente encontrar que estas dos palabras se confunden en algunas informaciones, como en «Se trata de una actualización del logaritmo de Google de intensidad media», «Puede que lo que funcionaba hace unos meses deje de funcionar por cambios en el logaritmo de Google» o «Así es como funciona el logaritmo de Instagram».
Según el diccionario académico, un logaritmo es, en matemáticas, ‘un exponente al que es necesario elevar una cantidad positiva para que resulte un número determinado’; los hay, por ejemplo, decimales, con base en el número 10, o neperianos, con base en el número e. En cambio, un algoritmo es ‘un conjunto ordenado y finito de operaciones que permite hallar la solución de un problema’.
De este modo, en los ejemplos anteriores lo adecuado habría sido escribir «Se trata de una actualización del algoritmo de Google de intensidad media», «Puede que lo que funcionaba hace unos meses deje de funcionar por cambios en el algoritmo de Google» y «Así es como funciona el algoritmo de Instagram».