Alegrar y alegrarse exigen distinta construcción: a alguien «le alegra algo», pero «se alegra de algo».
En el habla general, y también en ocasiones en los medios de comunicación, pueden oírse o leerse frases como las siguientes: «Me alegra de que el alcalde, Pedro Fernández, esté apoyando al deporte», «Juan Vargas se alegra que Jefferson Farfán vuelva a la selección».
Sin embargo, tal y como señala el Diccionario panhispánico de dudas, alegrar significa ‘causar alegría’, y lo que causa esa alegría es el sujeto de la oración, razón por la cual nunca puede llevar preposición. En el primer ejemplo anterior, por tanto, lo adecuado hubiera sido escribir «Me alegra que el alcalde, Pedro Fernández, esté apoyando al deporte».
En sentido contrario, alegrarse significa ‘sentir alegría’, y se construye con un complemento que va introducido por la preposición de. Así, en el segundo ejemplo, se habría incurrido en queísmo; lo apropiado hubiera sido «Juan Vargas se alegra de que Jefferson Farfán vuelva a la selección».