Acerbo y acervo son palabras de distinto significado que no conviene confundir.
No es infrecuente encontrar en los medios frases como las siguientes: «Su pretensión no era tanto estar a la última en las vanguardias cuanto ampliar el acerbo cultural del público», «El ácido málico es agresivo, de gusto acervo».
Sin embargo, el adjetivo acerbo, que se emplea en el sentido de ‘áspero al gusto’ y ‘cruel, riguroso’, se escribe con b, mientras que acervo, con v, es un sustantivo que significa ‘conjunto de bienes morales o culturales acumulados por tradición o herencia’.
Por tanto, en los ejemplos anteriores, lo adecuado hubiera sido decir «Su pretensión no era tanto estar a la última en las vanguardias cuanto ampliar el acervo cultural del público» y «El ácido málico es agresivo, de gusto acerbo».
Por otra parte, se recuerda que, partiendo de la acepción citada, se denomina acervo comunitario al conjunto de normas, jurisprudencia, resoluciones, acuerdos y tratados vigentes en la Unión Europea y que son asumidos por todos los Estados miembros.