El verbo abominar se emplea como transitivo y, seguido de la preposición de, como intransitivo.
Resulta habitual encontrar el verbo abominar, que significa ‘condenar y maldecir a alguien o algo por considerarlo malo o perjudicial’, en construcciones intransitivas, seguido de un complemento introducido por la preposición de: «Los creadores emergentes después del trauma abominan de cualquier lenguaje estilizado». Menos frecuente es su uso como transitivo: «Abominaba la maquinaria espectacular del folklore y sus artífices».
Tanto el diccionario académico como el Diccionario panhispánico de dudas sancionan estos usos, por lo que los dos ejemplos anteriores deben considerarse adecuados.