A largo plazo es la fórmula asentada en español para aludir a un período relativamente extenso, por lo que se desaconseja sustituirla por la expresión en el largo témino.
Los medios de comunicación emplean en ocasiones este último giro, calcado del inglés in the long term, en especial en las noticias de economía, como por ejemplo en «Las nuevas iniciativas limitan que las empresas inviertan en el largo término» y «El volumen de operaciones es algo menos elevado en el largo término que en el corto».
En estos ejemplos hubiera sido preferible escribir «Las nuevas iniciativas limitan que las empresas inviertan a largo plazo» y «El volumen de operaciones es algo menos elevado a largo plazo que a corto».
Por idéntica razón, se recomienda a corto plazo y a medio plazo en lugar de las fórmulas, también calcadas del inglés, en el corto término o en el medio término (o en el mediano término).