Microrrotura de Costa y partido premundialista  (CRÓNICA)

Foto: ©Archivo Efe/Emilio Naranjo

Concluidas las competiciones nacionales y continentales, celebrados los éxitos y aparcadas las decepciones, el foco informativo se dirige ahora al inminente Mundial de Brasil.

Hasta el día del partido inaugural, hasta ese jueves 12 de junio en el que la selección anfitriona se enfrentará a Croacia, los participantes ultimarán ensayos en amistosos premundialistas y aguardarán la recuperación de última hora de jugadores con sobrecargas o microrroturas.

No se sabe si los directivos de los clubs, mientras tanto, se entregarán al autobombo o harán autocrítica, pero seguro que planificarán la temporada gestionando altas, bajas, cesiones y preacuerdos.

¿Qué característica comparten las palabras destacadas con cursiva en los dos párrafos anteriores?, ¿y si añadimos prelista, colíderpreseleccionado, semichilena, pospartido o superparada? En efecto, como el lector probablemente ya habrá acertado, todos estos términos incluyen un prefijo: pre-sobre, micro-… También se parecen en que sí obedecen la norma de la Ortografía de la lengua española de escribir los prefijos unidos a la palabra a la que se incorporan, sin espacio ni guion intermedios.

Los medios deportivos, sin embargo, vacilan con frecuencia a este respecto, de modo que no es extraño encontrar frases como «En medio de la fiebre pre mundialista, expertos vaticinaron que la selección argentina llegará a la final», «Bajón de nivel producto de una sobre carga de trabajo» o «Willy Caballero evitó el alirón con una súper parada», donde lo apropiado habría sido escribir premundialista, sobrecarga y superparada, respectivamente.

Mención especial merece el caso de microrrotura, sustantivo que lo mismo aparece separado («Diego Costa debe superar una micro rotura en el bíceps femoral») como junto y con una sola erre: «La resonancia magnética debe confirmar que la microrotura muscular del bíceps femoral está cicatrizada».

En este sentido, cabe recordar que, cuando a una palabra que empieza por erre se le antepone un prefijo que termina en vocal, la erre se duplica: reloj>contrarreloj, robo>antirrobo, rector>vicerrector… Por tanto, en los ejemplos anteriores lo adecuado habría sido escribir microrrotura.

Por fin, también merecen comentario aparte frases como «Sarampión y rubéola son la preocupación post Mundial» o «En los dos primeros años, dentro del vestuario no hubo Mou ni anti Mou». En ellas, de forma excepcional, para evitar que se junte la minúscula del prefijo con la mayúscula del nombre propio, lo recomendado por la Academia es intercalar un guion entre ambos: «… la preocupación pos-Mundial» (o «… la preocupación post-Mundial») y «… no hubo Mou ni anti-Mou».

En definitiva, si no pueden asistir a los estadios, permanezcan atentos a sus pantallas: nunca será lo mismo que vivirlo en el lugar, pero gracias a locutores y comentaristas deportivos también disfrutarán del Mundial de Brasil a distancia, esto es, como telespectadores.

 

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