La voz asentada para aludir a una persona que se dedica a los tratamientos de belleza es esteticista, aunque también se documenta la adaptación del francés esteticién.
Es habitual encontrar en los medios ejemplos en los que se emplean ambas opciones: «Una esteticista de Castellón crea una prótesis de silicona para pacientes oncológicas», «Una esteticista sale al paso de la última alarma generada en televisión sobre las uñas acrílicas» o «Se instaló en Bilbao y trabajó como peluquera, esteticién y masajista».
Como se explica en la segunda edición del Diccionario panhispánico de dudas, con el significado de ‘profesional especialista en tratamientos belleza’, la palabra más habitual en todo el ámbito hispánico es esteticista, que es común en cuanto al género: el esteticista y la esteticista. También se documenta, sobre todo en España, la adaptación esteticién (del francés esthéticien), que se comporta de la misma manera que esteticista en cuanto a la flexión de género: el esteticién y la esteticién. Su plural es esteticienes.
Por lo tanto, todos los enunciados anteriores son adecuados.
#puestaapunto. Esta recomendación sustituye a una anterior, publicada el 4 de febrero de 2011, que censuraba el uso de esteticién por considerarlo innecesario.

