Banyo (pronunciado /bányo/) es la forma preferible de adaptar el extranjerismo banjo en referencia al instrumento musical, aunque también es válido banjo (pronunciado /bánjo/).
En los medios de comunicación se pueden encontrar ambas grafías: «Los músicos fueron invitados a Europa para que grabaran más música, y se llevaron el banjo», «Nora Brown, una virtuosa del banyo, publicó su segundo álbum» o «Su afición al banjo le ha llevado a tener una importante colección y también a fabricarlos él mismo».
El anglicismo banjo puede adaptarse al español manteniendo la forma original, y escribirse en redonda, si se pronuncia tal como se escribe, esto es, con el sonido /j/ del español: banjo. Aunque esta es la forma más frecuente a la hora de redactar, el Diccionario panhispánico de dudas recomienda la adaptación con y a partir de la pronunciación etimológica, que es además la más habitual: banyo.
Se trata, pues, de un caso similar al de otros pares de posibles adaptaciones, como júnior y yúnior o mánager y mánayer, y, a su vez, de otro ejemplo de nombres de instrumentos musicales adaptados al español, como oboe (de hautbois) o acordeón (de Accordion).
Por lo tanto, ambas grafías son válidas, siempre que se correspondan con la pronunciación.
Por último, a partir de este término, se han creado derivados, como banyista y banjista para aludir a la persona que toca este instrumento.

