Con la irrupción de los food trucks se planteó un pequeño debate en la comunidad de traductores a instancias de la Fundación del Español Urgente (Fundéu): ¿cómo hay que llamarlos en castellano? Se optó por gastronetas combinando gastronomía y furgoneta. Ahora solo falta que el palabro cuaje entre el público. Si se consigue, se evitará un barbarismo; si no, el idioma se empobrecerá una palabra más. Hay más ejemplos, algunos muy curioso: ¿qué usan las mujeres para darse un gusto?
La cuestión no es baladí, según explica la argentina afincada en Valencia Estefanía G. Casset: «En castellano, tenemos dos términos básicos para designar un juguete sexual: consolador (aunque desde el punto de vista de los estudios de género, este término resulta peyorativo para los usuarios) y vibrador. La diferencia reside en que el primero no contiene un elemento mecánico que hace que se mueva y el segundo sí. Este matiz se pierde al utilizar el término genérico en inglés, dildo, que el público usa indistintamente».
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