Han renacido los puntos suspensivos. Uno se los encuentra dando saltos por el móvil, la tableta, el ordenador; alegres y dicharacheros.
Su papel antes anodino y ocasional en novelas, ensayos, cartas, prospectos, carteles, anuncios, noticias o reportajes se ha convertido ya en imprescindible para muchas personas. En efecto, los textos que van y vienen por correo electrónico, SMS, WhatsApp y otros sistemas digitales muestran cada vez más esos tres redondeles minúsculos de sugerente significado.
Leer más en www.elpais.com