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Una profesora asegura que la publicidad «no refleja» el lenguaje de los jóvenes

La profesora de la Universidad Complutense Isabel Hernández ha explicado hoy que la publicidad dirigida a jóvenes no emplea el lenguaje real con el que ellos hablan, porque «todo el mundo se echaría encima de los publicitarios».

Hernández ha pronunciado la conferencia de clausura del seminario internacional «El español de los jóvenes» y ha centrado su intervención en el lenguaje juvenil que usa la publicidad.

Unas formas de expresión «con las que los propios jóvenes son muy críticos» porque en muchas ocasiones no reflejan su propia forma de hablar «pero aún así todos caen, son grandes consumidores» de la publicidad y lo que se les vende a través de ella.

Ha justificado esa diferencia con el lenguaje real en la publicidad en que «si se utilizasen expresiones malsonantes, insultos o palabras irreverentes, que están en las conversaciones normales, no se aceptarían» a pesar de que se reflejaría la realidad juvenil.

En este mismo sentido ha recordado que ya se han retirado anuncios de televisión por la irreverencia o el mal gusto de su contenido.
«En publicidad se refleja un estereotipo que simplifica una realidad», ha dicho, y con los jóvenes «se hace un corta y pega, no se identifica a un grupo de jóvenes solo, sino que se ha cogido lo que mejor cree que le puede servir a los jóvenes» con el objetivo de que «ellos lo identifiquen y los adultos sepan que no es suyo».

Ha recalcado que los jóvenes «son críticos con cómo les trata la publicidad», que «usa una lingüística conservadora» y que en ocasiones «para nada usan la forma de hablar de los jóvenes» a pesar de que en la imagen utilicen «las indumentarias de los jóvenes, sus peinados o sus tatuajes» y «otros recursos, como un volumen alto o un tempo de la acción acelerado».

Pero «hay pocos ejemplos en los que se oiga un insulto», aunque sí de palabras que eran de los jóvenes «pero que ya han pasado al uso común como cañero o super».
«La publicidad intenta tomarle el pulso a lo que sucede en la sociedad, pero en lo lingüístico no lo refleja también, la transgresión está mejor expuesta en otros códigos» y «si los jóvenes de los anuncios hablasen como en la realidad, todo el mundo se echaría encima, no se aceptaría como un espejo de la realidad».

La jornada final del seminario ha incluido, también, una mesa redonda sobre los anglicismos que utilizan los jóvenes en la que han participado varios profesores universitarios.

Para Carmen Galán, de la Universidad de Extremadura, «no hay nada nuevo o que no haya existido antes» en la llegada de anglicismos a la lengua española, aunque «ahora tiene más importancia, parecen dominar el lenguaje de todos».

Esta presencia de los anglicismos en el español tiene que ver, ha dicho, con que hay un «inglés de la globalización» y ese idioma es «diferente al que se habla en Inglaterra», pero que «es igual en Pekín y Madrid».

Así ha llamado la atención sobre palabras «importadas» de uso común como «resetear, underground, share, short o body» y ha subrayado que el inglés «ya es un idioma global» porque «es el ejército de un país que está en expansión económica y social», los Estados Unidos.

La profesora de la Universidad Complutense Ana María Vigara ha coincidido en que «los anglicismos están presentes en nuestras vidas» aunque «otra cosa es que sean algo juvenil».
Ha llamado la atención sobre la tendencia de los medios de comunicación de «buscar un español neutro y un inglés neutro» que no llegará al lenguaje común hablado «pero puede tener consecuencias si las academias quieran unificar a nivel panhispánico su ortografía, ya que lo vamos a aceptar con más naturalidad».

No obstante, la profesora de la Universidad Complutense ha asegurado que «pese a la facilidad con la que parece que el inglés está en nuestras vidas, sobre todo en la de las jóvenes, es difícil que sus creaciones espontáneas se extiendan tanto como para llegar a un inglés que sea para todos los países de habla hispana», porque «la forma de expresión de los jóvenes, con anglicismos incluidos, nunca será globalizada o neutra».

En la mesa redonda ha participado otro profesor de la Universidad Complutense, Francisco Reyes, quien ha ofrecido una clase teórica de cómo es un proceso completo publicitario, en el que constantemente se utilizan anglicismos «de forma casi ridícula y surrealista» porque en muchos casos existe una palabra para ello en español.

Así, ha detallado cómo el proceso de grabar un anuncio de televisión comienza con la realización del briefing (información inicial), story (historia a contar en viñetas), chekear (comprobar), producer (relaciones públicas dentro del área de producción), buy outs (derechos de imagen), jingle (música) o reel (cinta con el currículum de anuncios que ya ha rodado el director).
«Todas las personas que usan estas palabras tienen menos de 30 años», ha asegurado.

Félix Rodríguez, de la Universidad de Alicante, considera que algunos anglicismos son usados por los jóvenes «por su formación», que incluye el inglés, «y les hace más receptivos a esas palabras que los adultos».

Entre los procesos para crear anglicismos «más nuevos», ha mencionado el eliminar la terminación de palabras en español y añadiendo sonidos que las hacen parecer inglesa (tumbing, comunication, terminator) o el importar las palabras directamente del inglés «algo que ya se han normalizado», ha asegurado.

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