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Agencia EFE

Una exposición revive las historias singulares de las primeras traductoras

Imágenes, textos y objetos ilustran en una exposición la labor de las mujeres intérpretes pioneras en el siglo XX, desde las que pasaban información a la resistencia en la Francia ocupada hasta la traductora rusa que entró al búnker de Hitler poco después de su suicidio o la primera inmigrante nombrada intérprete de tribunales en Canadá a principios de 1920.

La Universidad de Salamanca ha inaugurado esta muestra que profundiza sobre el papel de la mujer como intérprete en la primera mitad del siglo XX, una profesión que ha sido considerada como «esencial» en el avance de la sociedad contemporánea.

El vicerrector de Política Académica y Participación Social de la Universidad de Salamanca (USAL), Enrique Cabero, ha reconocido que el trabajo de la intérprete «no fue fácil que se entendiera en sus inicios y que se reconociera como se hace en estos momentos».

Intérpretes pioneras (1900-1953): tendiendo puentes consta de fotografías, imágenes de documentales cinematográficos y objetos materiales, como libros y otras fuentes históricas «relacionados con las diferentes facetas que posee la interpretación entre idiomas en el que este estuvieron presentes las mujeres», ha destacado el comisario de la exposición, Jesús Baigorri.

Entre las fotos, destacan cuatro que han sido aportadas por la Agencia EFE en las que se puede contemplar el papel desarrollado por mujeres intérpretes durante la Guerra Civil española, como Marina Ginestà, que hizo de traductora entre el dirigente anarquista Buenaventura Durruti y un periodista soviético de Pravda.

En otras dos fotografías se ve a la intérprete Lydia Kúper en dos actos en el Parque del Retiro de Madrid acompañando al consejero soviético del Frente del Centro, Rodlon Malinovsky.

La muestra también permite recrear, a juicio del comisario, «historias singulares», como la primera inmigrante nombrada intérprete de tribunales en Canadá a comienzos de los años 1920 o las intérpretes que trabajaron en la Sociedad de las Naciones y en la Internacional Comunista en los años 20 y 30 del siglo XX.

 

 

Los visitantes también podrán contemplar a intérpretes que pasaban información a la resistencia desde las oficina de la Gestapo en la Francia ocupada durante la II Guerra Mundial o la intérprete rusa que entró con las tropas soviéticas al búnker de Hitler poco después de su suicidio.

Para el director del Departamento de Traducción e Interpretación de la Universidad de Salamanca, José Manuel Bustos, esta profesión es «clave» en la sociedad actual, ya que «a veces los más invisibles permiten hacer visible el mundo», una «magia que permite romper fronteras, que posibilita que todos seamos iguales».

Los documentos e imágenes que forman esta exposición recrean, según el vicerrector Enrique Cabero, la labor del profesional de la interpretación, que se caracteriza «por ser un acto único e irrepetible» y porque «posibilita la comunicación de dos interlocutores que no se entienden entre sí».

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