Publicado por la editorial Espasa y la Real Academia Española (RAE), el libro se ha presentado dentro del XVI Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española, que se celebra en Sevilla, y aborda las normas gramaticales y ortográficas del español «simplificadas, resumidas y al alcance de todos», han destacado los editores.
A la venta desde el 22 de octubre, el libro Gramática y ortografía básicas de la lengua española recoge explicaciones de dos obras de referencia de la RAE para las personas que han tenido «cierta introducción» en los dos ámbitos, ha subrayado el académico.
Para facilitar su consulta, hay apartados sobre el género y el número, las categorías gramaticales del español (sustantivos, adjetivos, verbos, pronombres, nexos), el uso de mayúsculas o de los signos de puntuación, todo con un planteamiento didáctico que «ha costado mucho», ha recalcado el académico.
Hasta ahora, se había publicado en 2011 y en 2012 dos obras separadas con las normas básicas de la gramática y la ortografía de la lengua española, y en este libro, con 548 páginas, se unen por primera vez ambas materias, ha explicado Gutiérrez Ordóñez.
Tras pedir que se aconseje el libro, el académico ha bromeado con el hecho de que «a veces nos increpan en la RAE con faltas de ortografía» y a través de textos que les hacen llegar «con cierto aire de suficiencia».
A la presentación del libro, un acto conducido por la periodista Marta Robles, ha asistido también la directora de la Academia Chilena de la Lengua, Adriana Valdés, quien ha señalado que a veces se permite una transgresión de la norma con alguna «licencia poética» que entiende quien la escribe y quien la lee para crear «cierto efecto expresivo».
«La norma articula la licencia», ha señalado la académica chilena para agregar que las licencias poéticas requieren una complicidad, que llegan o no al diccionario dependiendo de la vida que tengan en el habla.
En este sentido, Gutiérrez Ordóñez ha explicado que las normas ortográficas son comunes y de obligado cumplimiento, mientras que cuando se trata de nuevos términos que se incorporan a la lengua, las normas son «orientativas» y existe libertad para su uso.
El académico español ha agregado que en la lengua existen modas y realidades que van cambiando, y ha puesto como ejemplo lo ocurrido en 2005 con el Diccionario panhispánico de dudas, que dedicó gran espacio a la palabra casette, que ahora ya ha dejado de interesar.
Para la elaboración de las normas de ortografía, el académico ha recordado que en una de las reuniones celebrada en Chile sufrieron a las 2.30 de la madrugada un terremoto brutal de 8,6 en la escala de Richter así como varias réplicas.
«Fue una experiencia excepcional», ha afirmado Gutiérrez antes de afirmar que a las once de la mañana se reunieron los académicos en la entrada del hotel y un catedrático de Bolivia propuso que se fueran a trabajar porque estaban todos mirándose y existía el riesgo de acabar odiándose.
Los académicos retomaron sus trabajos con réplicas cada poco, momento en el que interrumpían las reuniones, aunque finalmente aprobaron parte de las normas comunes de la ortografía, ha relatado el académico español entre risas.