Procede de la expresión latina et cetera ‘y las demás cosas’. Unidos los dos términos latinos en una sola palabra (ojo, una sola palabra) y adaptada su grafía a las normas ortográficas castellanas (tilde en la sílaba tónica, como esdrújula que es), la tenemos hispanizada como mandan los cánones.
La usamos para evitar mencionar algunos términos de una enumeración que consideramos extensa. Incluye desde su origen la conjunción copulativa y (en latín et), lo que hace innecesario añadírsela: *Libros, revistas, periódicos, y etcétera.
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