Lacorte ha intervenido el XXVII Congreso de la Asociación para la Enseñanza del Español como Lengua Extranjera (ASELE), que reúne en La Rioja a unos 200 especialistas de Chile, Alemania, Estados Unidos, España y México.
Ha explicado que, a pesar de que en los últimos años han entrado menos inmigrantes hispanohablantes a Estados Unidos, el alumnado ha situado entre sus principales «motivaciones» para aprender el español el hablar la lengua de sus abuelos.
Según este profesor del Departamento de Español y Portugués de la Universidad de Maryland, aprender español tiene que ver más con cuestiones «identitarias», por lo que «más que una relación material o práctica, el estudio de esta lengua es algo más simbólico o emocional».
Tradicionalmente, en Estados Unidos se ha valorado un idioma como un recurso económico que puede repercutir positivamente a la hora de encontrar un trabajo o de hacer negocios con países de Latinoamérica, ha precisado.
La sociedad estadounidense está muy sustentada en cuestiones «prácticas», ha constatado Lacorte, de modo que en los próximos años será muy importante combinar la utilidad económica de una lengua hablada por más de 500 millones de personas en el mundo con darle más valor a la parte cultural, histórica e identitaria del español.
Ha indicado que los alumnos que estudian castellano en Estados Unidos tienen el referente cultural de España, pero «lo ven muy lejano»; y ha precisado que gran parte de la fascinación por lo español procede del interés por los deportistas.
Según este profesor, los estadounidenses suelen etiquetarse a sí mismos con el país de procedencia de su familia, como mexicano-americano o salvadoreño-americano, para diferenciarse del país de origen, pero también para establecer su propio espacio dentro de la etiqueta general de «hispano o latino».
El español es la primera lengua extranjera que se estudia en Estados Unidos y, en la educación universitaria, sus alumnos duplican a los del resto de idiomas juntos, ha subrayado.
Después del castellano, ha dicho, se estudian francés y alemán, y en los últimos años se ha comenzado a aprender idiomas más «prácticos», como chino y urdu, que tienen más salidas actualmente para los negocios, aunque requieren «mucho más esfuerzo».
La organización ASELE, fundada en 1987, cuenta actualmente con 876 socios activos, quienes atienden las necesidades de investigación científica y de especialización didáctica de profesionales y docentes en español como lengua extranjera (ELE).