En su campus de Las Llamas, en Santander, la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) oferta distintos cursos en julio y agosto destinados tanto a futuros —o presentes-—profesores de español como a alumnos.
Tienen muy diferentes edades y procedencias, pero llegan con el rasgo común de que quieren aprender o perfeccionar sus conocimientos en el idioma, como ha podido comprobar Efe.
Desde 2014, el Campus de Las Llamas es un centro acreditado por el Instituto Cervantes para enseñar el español, por lo que dispone de un programa formativo que evoluciona desde el nivel A1 hasta el C2, además de ser un centro examinador del Diploma de Español como Lengua Extranjera.
También realiza la prueba de conocimientos constitucionales y socioculturales de España (prueba CCSE), requerida para conseguir la nacionalidad española y el Diploma UIMP, que es un examen que certifica el nivel de español reconocido en distintas universidades como nivel acreditativo de español para los alumnos extranjeros.
Esos cursos para extranjeros están «en el ADN» de la institución académica, asegura la vicerrectora de Extensión Universitaria y de Enseñanzas del Español y Otras Lenguas, Montaña Cámara, quien recuerda que estos ciclos profundizan en la cultura española en distintas vertientes como el arte, el teatro, el cine o la poesía.
La vicerrectora tiene claro que los dos retos deben ser alcanzar los 2000 alumnos (en 2016 hubo 1800) y lograr mayor internacionalización para atraer a estudiantes de distintos lugares y, también, que la UIMP se acerque a ellos a través de «cursos en origen».
La directora de los cursos de español para extranjeros, Teresa Rodríguez, subraya la variedad temática que ofrece la universidad a los profesores de español, con cursos que se renuevan todos los años y que en esta edición versan sobre el español para inmigrantes, las tecnologías de la información y la comunicación, la enseñanza del español en Asia o el coaching.
Los alumnos se dividen en grupos de unos 12 alumnos de un nivel similar que estudian lengua la mayor parte del tiempo, pero también una hora de cultura española.
En el caso de los más avanzados, se tiene que elegir una asignatura optativa entre literatura, cine, escritura creativa, cultura y dieta mediterránea, arte y música, taller de poesía creativa o variedades dialectales del español.
En las aulas, el perfil de los alumnos es «muy variado» tanto en origen como en edad, ya que, por ejemplo, este año el más mayor tiene 91 años y, desde ahí, los hay de todas las edades hasta los 16.
«Lo normal es que tengan entre 18 y 21 años», explica Rodríguez, quien insiste en que las aulas «funcionan muy bien» con esta mezcla de niveles y procedencias en grupos pequeños.
El perfil de los alumnos que ha entrevistado Efe va desde un trabajador del Ministerio de Asuntos Exteriores japonés, Masajiro (27 años), que necesitará el español para cuando sea destinado a una embajada en Latinoamérica, hasta Nichole, una estadounidense de 19 años que habla el idioma por tener padres mexicanos pero que quiere perfeccionarlo para comunicarse mejor con su familia.
Por su parte, Clementine (Francia, 18 años) y Nery (Francia, 20 años) coinciden en que su llegada a la UIMP se debe a una recomendación de profesores y, también, al «sello de calidad» que supone que este centro vaya de la mano del Instituto Cervantes.
Gregorio (Indonesia, 25 años) es un estudiante de filosofía y teología que quiere ser sacerdote y que este año ha repetido como alumno en el Campus de Las Llamas.
«He mejorado, pero me falta mucho por aprender, cuando llegué aquí no tenía ni idea de español. Los profesores me han ayudado desde el primer día», destaca.