1. Las que uno de los dos no reconoce como parte de su léxico pero entiende perfectamente, sobre todo porque es capaz de deducir sus cromosomas: un español no se bañará en una pileta, pero sabrá a qué se refiere su interlocutor argentino cuando le proponga nadar un rato en ella.
2. Aquellas otras que se desconocen por completo: ¿qué querrá decir un mexicano que se refiere a su achichincle? (ayudante de poca monta).
3. Los términos que se conocen pero no significan lo mismo en según qué sitio (huiremos del verbo que surge de inmediato, pero podemos hablar de la polla –apuesta– o de la cola –trasero–; o recordar que cuando un venezolano exige algo, sólo está rogándolo encarecidamente).