La tilde en sólo. A esta guerra civil no le hacen falta preámbulos ni puestas en escena. No es necesario ciscarse de nuevo en la Ortografía de 2010, ni recordar que todos los académicos publican sus novelas resistiéndose a su propia recomendación. Sobran presentaciones, quien no conozca la polémica es que no la merece. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, algo ha cambiado en esta confrontación fratricida que viene helando el corazón de los españolitos.
Tildar el sólo no sólo no es fascismo, sino que es todo lo contrario: déjennos hacer con el adverbio, con la tilde, con el sexo, con Lorca, con el café y con la lengua lo que nosotros queramos. Los tildistas somos conscientes de que mañana conseguirán acabar con cualquier otro matiz (cómo te echo de menos, tilde en fué), pero permitan al menos que nos quejemos, que intentemos resistir.
Leer más en www.elespañol.com