Al ser consultado por si, en plena era digital y con el auge del llamado lenguaje inclusivo es posible forzar a las sociedades a usar determinados vocablos o expresiones, el presidente de Fundéu BBVA, que asumió el cargo hace menos de un mes, se mostró tajante.
«En algunos casos se ha intentado, pero creo que el lenguaje es muy difícil que se imponga (…). La normativa de la Real Academia (RAE) generalmente proviene del uso que las personas hacemos», destacó, aunque reconoció que, al ser la lengua un «arma poderosa que condiciona el pensamiento», sí hay «muchos intereses» con todo tipo de intencionalidades para imponer determinados usos.
Pidió así estar atentos a lo que ocurre en la industria del software, donde asegura hay mucha ideología que está transmitida a través de parámetros culturales en inglés y a menudo se realiza una «mera traducción» inadecuada.
Como ejemplo, hizo hincapié en el anglicismo fake news, que no deja de ser una «utilización» al aludir directamente a que hay noticias que pueden ser falsas.
«Lo que sí hay es, en la discusión política, palabras y conceptos nuevos que más allá de los intereses se necesita también nombrar, las cosas nuevas», reconoció.
«Una de las labores más interesantes que tiene la Fundéu es poder anticiparse e intentar que en el español exista una alternativa lo más rápida posible a conceptos nuevos», y si está «bien formada y es razonable», conseguir que empiece a usarse en el entorno de los comunicadores es ya para él una «cierta garantía de éxito», ya que puede calar en la sociedad.
«Y no hacerlo es estar sometido al anglicismo que de manera continua entra y no siempre es la mejor opción», aseveró.
La Fundéu BBVA, nacida en 2005 fruto de un acuerdo entre la Agencia Efe y el BBVA, y asesorada por la RAE, es una institución sin ánimo de lucro que tiene como principal fin impulsar el buen uso del español en los medios de comunicación.
Respecto al lenguaje inclusivo, que diversos grupos de la sociedad piden que se use para fomentar la igualdad de género —como, por ejemplo, el uso de todes en Argentina o el todos y todas en España— la Fundéu, según Tascón, ha actuado con «valentía», porque «no es un territorio sencillo».
«Hay una cierta batalla y guerra de colectivos interesados, con mejor o peor intención, pero la Fundéu tiene unas guías bastante sensatas de cómo utilizar en los medios el lenguaje inclusivo», señaló.
Al respecto, defendió la feminización del nombre de las profesiones, en un idioma, el español, al que en general le cuestan los neologismos.
«Mucho de la feminización del lenguaje tiene que ver con una reivindicación de visibilidad de las mujeres en determinadas profesiones», enfatizó, para lamentar que todavía hay mucha gente a la que todavía hoy le parece que decir médica es «una barbaridad lingüística», y no lo es porque está aceptado por la RAE.
Por otro lado, el hecho de que el español sea el segundo idioma más hablado del mundo, pero esté «quinto o sexto» en la producción en contenidos digitales, es para él un hecho que hay que revertir.
«Si nos vamos en concreto a la producción en la comunicación científica, donde todavía este dato es peor, tampoco es para que estemos contentos», lamentó.
De hecho, no se atrevió a considerar si esos datos son suficientes como para hablar de «peligro» en la lengua, aunque sí hay que estar con «ciertas alertas activadas».
«El dato de que no haya producción significa que es más interesante hacerla en otros idiomas, y eso nos debería inquietar», concluyó, y se reconoció preocupado por que en temas que tienen que ver con la tecnología, el español sea un idioma que vaya quedando arrinconado.
«Aunque ganamos hace un años la batalla de la ñ para que entre en los teclados, no deberíamos conformarnos. No es suficiente», concluyó.
En Córdoba, Tascón participará este viernes de la presentación del nuevo manual de estilo que publicó la RAE, del que él fue consultor del capítulo digital, y el sábado del panel Periodismo digital: los retos de una lengua en Internet.