La palabra «caballero» anda en boca de camareros, conserjes, taxistas, mensajeros y de quienes desempeñan cualquier otro cometido en el que se preste algún servicio al público. «Aquí tiene su café, caballero», «muchas gracias, caballero», «pase usted, caballero», «ya hemos llegado, caballero».
Se trata de un fenómeno reciente, no tanto por su uso (pues existe desde antiguo) como por su abundancia. Un varón que visite bares y restaurantes, se traslade en transporte público o emprenda a menudo gestiones administrativas escuchará la palabra «caballero» al menos dos o tres veces al día.
[…]
Leer más en elpais.com.