Se trata de sororidad, definida como la relación de hermandad y solidaridad entre las mujeres para crear redes de apoyo que empujen cambios sociales, para lograr la igualdad. Puede sonar a vieja reivindicación, pero cuando las cosas se mueven se necesitan términos nuevos.
A nivel lingüístico, la palabra sigue el mismo patrón que fraternidad, cuya raíz latina es frater (hermano), pero en este caso la raíz sería soror (hermana), aludiendo así a la relación entre iguales de las personas de sexo femenino. Pero evidentemente la sororidad va mucho más allá del debate lingüístico y supone un salto del feminismo más teórico –de hecho sisterhood se acuñó en el feminismo estadounidense de los setenta– a una consigna que se extiende y apela a las mujeres a unirse y apoyarse frente a una cultura aún patriarcal y donde perviven enquistadas las discriminaciones. Fundéu subraya que este término empieza a verse en las noticias políticas y sociales de los medios de comunicación.
Leer más en lavanguardia.com.