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Marta Salguero (Agencia EFE)

Soledad Puértolas: Trabajamos para sacar la herencia machista del Diccionario

 La escritora Soledad Puértolas (Zaragoza, 1947), miembro de la Real Academia Española (RAE) desde 2010, reconoce que el diccionario está impregnado de una «herencia machista» y afirma que trabajan «muchísimo» para redefinir las palabras y corregir ese sexismo lingüístico.

Ella es una de las ocho mujeres que hay en una institución por la que, en sus trescientos años de historia, solo han pasado once académicas, y ninguna de ellas ha llegado a presidirla. «No tardaremos en ver a una mujer al frente de la RAE», asegura Puértolas en una entrevista con Efe.

Pregunta.- ¿Qué significa la palabra feminismo?

Respuesta.- El feminismo es un movimiento a favor de la igualdad de derechos de los hombres y de las mujeres.

P.- ¿Cuál es su postura sobre el lenguaje inclusivo?

R.- Creo que decir una generalidad sobre esto no lleva a ningún lado. El lenguaje está a nuestra disposición, somos nosotros, los usuarios, quienes lo vamos moldeando. El dirigismo político e ideológico sería terrible porque nos obligaría a prescindir de nuestra libertad.

P.- ¿Lo que no se nombra no existe?

R.- El lenguaje emana de los usos sociales. Verlo al revés es una pobreza y una estrechez de miras. Habrá que ver cómo evoluciona cada caso, porque no vamos a hacer una ley antes de que evolucionen las cosas. Algunas palabras se desdoblarán y otras, no. Hay que ser muy flexibles, no podemos imponer.

P.- ¿Se trabaja dentro de la RAE para eliminar los dejes machistas de algunas definiciones?

R.- Muchísimo. La tarea de la Academia es revisar no solo la herencia machista, que existe, sino también otras, como la moral religiosa y católica de la que el diccionario está impregnadísimo. Hoy no aceptamos esas ideologías tan estrictas; somos más relativistas; respetamos otras religiones… Es enorme la tarea que implica la redefinición de un grupo de palabras.

P.- ¿El sexo débil es el conjunto de mujeres como dice la RAE?

R.- El sexo débil hoy en día se emplea como una cosa casi humorística. Habría que añadir en la definición que se usa en tono peyorativo y, a veces, humorístico. Pero yo, como reivindico mucho la debilidad como algo fundamental, no la definiría como una carencia, sino como un estado de oposición a la fuerza. Es decir, la debilidad no tiene por qué ser una categoría peyorativa. Por ejemplo, la palabra empoderamiento me horroriza. Es que yo no quiero poder, yo quiero ser respetada y valorada en condiciones de igualdad. Asocio el poder a la superioridad y yo no quiero ser superior. Quiero ser considerada con igualdad y con respeto.

P.- ¿Considera oportuno adecuar la Constitución a un lenguaje inclusivo?

R.- No sé cómo ha quedado eso. El informe encargado por el Gobierno no se ha llegado a discutir en el pleno, porque ha habido muchos cambios en la Academia.

P.- ¿Ha cambiado el lenguaje en estos cuarenta años de democracia?

R.- Por supuesto que sí, sería terrible que no hubiera cambiado; cambia cada día. A lo mejor hay cosas que se pueden modificar en la Constitución. No lo he estudiado como para hacer un análisis, pero no hay por qué ser reacios a los cambios; los cambios son parte de la vida. No me escandalizan.

P.- De los 46 académicos solo ocho son mujeres. ¿Por qué hay tan poca presencia femenina en la RAE?

R.- La igualdad es necesaria en todas las instituciones, y sería bueno que las académicas fueran igualando en número. Esta es una institución que viene arrastrando una falta de presencia femenina, porque nace sin ellas, y le ha costado muchísimo. Pero no es solo en la RAE, faltan mujeres en los consejos de dirección en todos sitios.

P.- ¿Cree en la política de cuotas para llegar a una paridad total?

R.- En este caso concreto de la literatura y la lengua, no. A lo mejor en otras profesiones, sí, habría que estudiarlo caso por caso. No soy de generalizaciones, creo que es un error, porque nos aboca a una sociedad muy esquemática. A dos personas igualmente válidas para un puesto no las encontrarás nunca.

P.- ¿Tardaremos en ver a una mujer al frente de la RAE?

R.- No, no tardaremos.

P.- ¿Se ha encontrado con obstáculos o techos de cristal en su carrera profesional?

R.- No me he planteado nunca mi vida como una carrera. Soy consciente de que soy mujer, y claro que he tenido obstáculos, pero la literatura no es un techo de cristal para mí, es algo que hago porque quiero. Yo no he hecho de mi vida una carrera profesional, no es mi planteamiento. Yo lo que pido es respeto y valoración, y unas veces lo tengo y otras veces, no.

P.- Su última novela, Música en la ópera, está protagonizada por tres mujeres de distinta generación, ¿cómo ha cambiado el papel de la mujer en la sociedad?

R.- Me he dado cuenta de la evolución de la mujeres en las sociedad escribiendo mi última novela. Me he asombrado porque sin querer hacer una novela de desarrollo femenino, me he ido encontrando que la Historia te va empujando hacia la igualdad.

 

 

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