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María del Mar Domínguez (Agencia EFE)

Sin inmersión cultural, el aprendizaje de español se desploma

El coronavirus ha tenido un tremendo impacto en el turismo, una crisis que las escuelas de español para extranjeros han afrontado con cursos online, lo que no ha impedido el desplome de esta actividad porque aprender un idioma a distancia no es lo mismo que vivir la cultura y gastronomía del país.

El miedo a viajar en tren y avión, el cierre de fronteras en algunos países y la anulación de viajes escolares han originado una oleada de cancelaciones o aplazamientos en el sector de turismo idiomático.

En Andalucía, que destaca por su amplia oferta de centros para el aprendizaje y perfeccionamiento del español, muchas escuelas han tenido que recurrir a un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), y otras capean el confinamiento con cursos online para sus alumnos o profesores de esta lengua residentes en otros países.

«Lo del coronavirus lo llevamos notando ya meses, antes del estado de alarma, porque muchos de nuestros alumnos son italianos o chinos», ha manifestado a Efe el presidente de la Asociación de Escuelas de Español en Andalucía (AEEA), Andreas Carrión.

Aunque algunas escuelas han intentado reconvertir su actividad a cursos en línea, no siempre es posible, porque cuando los alumnos son de edad más avanzada «no les interesa» esta modalidad, ha explicado.

La experiencia de la visita

Una de las razones por las que los cursos a distancia no siempre valen es que las estructuras de estas escuelas generalmente están basadas en lo presencial, en la experiencia de vivir el destino, de compartir estilos de vida y a la vez aprender el idioma, un modelo que ha funcionado más de 40 años, ha subrayado.

Para muchos centros resulta complicado cambiar el sistema porque los cursos online han sido hasta ahora un complemento en la enseñanza y «no es lo que piden los estudiantes, que prefieren venir aquí a disfrutar del sol y nuestras tradiciones».

La asociación representa a 32 escuelas en la comunidad andaluza, que contabilizaron el pasado año 45 000 estudiantes de español (+15 %), con una estancia media de dos semanas en la región.

Mientras intentan reducir pérdidas, las escuelas afrontan con incertidumbre la recuperación, y no saben cuánto tardarán en recuperar la normalidad porque «nos tienen -ha subrayado- que llegar los clientes».

Cascada de cancelaciones

En Málaga, una de las provincias donde el turismo idiomático más ha crecido en los últimos años -15 escuelas con 21 000 estudiantes en 2019 (+18 %)-, uno de los principales emisores de alumnos es Italia, y a sus cancelaciones siguieron las de estudiantes de otros países.

Durante el estado de alarma «todo son cancelaciones», incluso para julio y agosto y «no entran reservas», ha explicado a Efe el presidente de Escuelas de Español para Extranjeros de Málaga (Nacem), Miguel Ochoa.

Algunos estudiantes que estaban a mitad del curso han seguido con clases en línea, una opción temporal que «no es la esencia del sector» porque cuando un estudiante elige aprender español en estas escuelas quiere «empaparse de la cultura, disfrutar de la gastronomía y vivir con una familia española».

Según Ochoa, internet puede ser una solución para aprovechar el confinamiento, mediante cursos de 10 horas a la semana «para seguir un poco en contacto», pero «no es viable mantener este negocio por mucho tiempo».

Coincide con él la vicepresidenta de la AEEA, Carlota Rylance, que sostiene que los cursos a distancia son «un parche, para aprovechar al máximo todo los recursos, pero obviamente no es lo mismo».

«Ahora más que nunca, renovarse o morir», ha referido Rylance, representante de una escuela en Jerez de la Frontera (Cádiz), quien ha destacado la colaboración entre los centros para compartir experiencias porque «si el barco se hunde, nos hundimos todos».

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