Plaza, profesor de Comunicación en la Universidad Pontificia de Salamanca, e Ibai Aramburuzabala, colaborador de Naciones Unidas, ha participado hoy en la segunda mesa redonda del congreso Mujer y lenguaje en el periodismo en español, que organizan la Fundeu BBVA y la Fundación San Millán en San Millán de la Cogolla.
Esta mesa redonda ha reunido, junto a ellos, a los periodistas colombianos Daniel Samper y Yolanda Reyes, al español Magi Camps y a la lingüista María Elena Gómez.
Ibai Aramburuzabala ha presentado un trabajo denominado Desnudar las revistas masculinas y, como punto de partida, ha asegurado que «cada sexo tiene sus propios estereotipos y el lenguaje los expresa».
Ha subrayado que las diferencias en el lenguaje periodístico de hombres y mujeres «dependen del destinatario» y, de hecho, el organismo que analiza las revistas, la OJD, «dice que las de moda y corazón son femeninas y las de técnica y deporte masculinas».
Y dentro de éstas últimas, según ha constatado con su estudio, «se ha creado un estereotipo de mujer» en el que se la presenta «aniñada, como un objeto de veneración o tentación, instrumentalizada, sometida a un hombre y con tendencia a la bisexualidad».
En el caso de las revistas para adolescentes, Plaza ha comprobado que «desde esa edad, incluso antes, se nos enseña a parecer y sentir de forma diferenciada».
A las adolescentes «todas las revistas les hablan de la cultura del éxito» pero asociado «a los chicos, a la belleza y a un determinado comportamiento», y «se preconiza que tiene éxito si es guapa, que no es nadie sin un chico», es decir, «un discurso antiguo revestido de formas nuevas».
En esas revistas «los chicos también aparecen de forma esquizofrénica, porque los famosos contienen todo lo bueno, y a los reales se les presenta como algo simplón, como hormonas con patas, agresivos y con un estilo comunicativo malo». «Afortunadamente estos mensajes no tienen causa efecto», ha concluido Plaza.
La lingüista María Elena Gómez, profesora de Redacción Periodística de la Universidad Europea de Madrid, ha detallado un estudio sobre columnas de opinión en diferentes periódicos, escritas por hombres y mujeres, y ha asegurado que en este último caso «aparentemente hablan de temas intrascendentes, pero sólo en apariencia, porque se sienten libres para hablar de lo que quieren y manifiestan más preocupación social».
«Eso no significa inseguridad, sino libertad, y una estrategia discursiva diferente», ha asegurado, tras repasar columnas de Lucía Méndez, Victoria Prego, Soledad Gallego y Elvira Lindo, «aunque cuando se trata de temas políticos es más difícil saber si el autor es masculino o femenino», ha concluido.