Miembro numerario de la Academia Norteamericana de la Lengua y correspondiente de la española, Ambroggio dijo a Efe que el español de los hispanos de EE.UU. es «una realidad que nadie nos puede sacar» y forma parte de las mismas raíces del país.
Al anunciar el primer Certamen Internacional de Poesía Luis Alberto Ambroggio, la organización sin ánimo de lucro Hispanic Heritage Literature/Milibrohispano.org señaló que quiere rendir tributo al poeta argentino-estadounidense, autor de libros como Todos somos Whitman y Estados Unidos hispano.
Al concurso, dotado de un único premio en metálico de 2000 dólares, más la publicación de la obra, pueden presentarse autores de cualquier nacionalidad que presenten sus trabajos en español.
En sus declaraciones a Efe, Ambroggio indicó que una fundación de su familia hizo una donación a la Hispanic Heritage Literature Organization y esta decidió usar una parte para crear el nuevo premio, lo que fue una «grata sorpresa».
El plazo de recepción de los trabajos, que deben ser poéticos pero de tema y estilo libre, va desde el 1 de marzo al 30 de julio de 2017 y el premio será entregado el 17 de noviembre.
El jurado está integrado por los Mairym Cruz Bernal (Puerto Rico), Ana Cecilia Blum (Ecuador), Lucha Corpi (México) y Urayoán Noel (Puerto Rico), así como por la poeta colombiana Pilar Vélez, presidente de Hispanic Heritage Literature Organization.
Ambroggio, nacido en Río Tercero (Córdoba, Argentina) en 1945, llegó en 1967 a Estados Unidos.
Ha publicado más de una docena de libros de poesía, dos de ellos bilingües, y otros tantos ensayos, y recibido numerosos galardones, entre ellos el de la Asociación de Poesía Prometeo de Madrid y el Premio Internacional Simón Bolívar, el Libertador.
Actualmente acaba de terminar el ensayo Darío, Borges, Vallejo, Whitman y otros y está a la espera de la publicación en inglés de Estados Unidos hispano, un ensayo escrito «con gran orgullo y con gran pasión» y publicado en español en 2016, que pone al descubierto la importancia de lo hispano en la historia de la hoy primera potencia.
Entre otros hechos desconocidos para el gran público, Ambroggio cuenta en ese libro que la primera piedra de lo que luego sería la Casa Blanca la puso un español en 1792 y uno de los padres de la Independencia de EE. UU., Thomas Jefferson, hablaba español, leía a Cervantes y exhortaba a sus compatriotas a hacer lo mismo.