El neologismo inglés hacker parecía haber asentado su traducción al español con los términos pirata o ciberpirata, pero resurge ahora como si no hubiera tenido nunca equivalentes en esta lengua. Sin embargo, pocos casos habrá en que tal anglicismo no pueda sustituirse por alguna de esas dos opciones.
Una búsqueda en las páginas en español de Google permite hallar en 1992 los primeros ejemplos periodísticos de hacker. En uno de esos textos pioneros se dice: «(…) el término técnico es hacker, algo intraducible al castellano». El banco de datos de la Real Academia lo registra en 1994 citando a El Mundo, que sí lo traduce a continuación: ladrones informáticos. El académico Emilio Lorenzo lo incluye luego en su libro Anglicismos hispánicos (Gredos, 1996) y da como equivalente pirata informático. Y el diccionario Collins (manejo la edición de 1999) lo traslada al español como intruso, pirata o computomaníaco (tal vez sería mejor cibermaníaco).
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