—’táctica militar de ataque que implica un bombardeo inicial, seguido del uso de fuerzas móviles, que atacan con velocidad y sorpresa para impedir que el enemigo pueda llevar a cabo una defensa coherente’—, táctica que permitió su éxito en el ataque a Polonia: tras la invasión, consumada el 20 de septiembre de 1939, la capitulación del fuerte de Kock, último bastión de la resistencia polaca tuvo lugar el 6 de octubre. Los tanques alemanes también estaban equipados con radios, lo que facilataba su control y mando.
En las naciones europeas, la tendencia hacia carros de combate más pesados fue general en esta guerra, hasta el punto de que los tanques ligeros desaparecieron poco a poco y solo se les utilizaba en tareas muy específicas.
Fueron reconocidas como esenciales las torretas. En cuanto al cañón, la necesidad de utilizarlo contra blancos —’todo objeto sobre el cual se dispara un arma’— blindados exigía que fuera de mayor tamaño y que pudiera apuntar hacia cualquier ángulo. Las armas montadas en el casco creaban la necesidad de que el vehículo se expusiera al fuego enemigo.
Durante la guerra, se demostró que no era posible controlar con eficacia el disparo de varias armas; así que la mayoría de los tanques mantuvieron una ametralladora —’arma automática, de tiro rápido y repetido, que se utiliza apoyada en el terreno’; en varios países de América se le llama también metralleta, término que procede del francés mitraillete y que da nombre al ‘arma de fuego automática, de cañón más corto que el fusil y de gran velocidad de disparo’— en el casco, y una o dos en la torreta. El empleo del radio permitió mejorar la coordinación de movimientos.
Los carros de combate fueron adaptados para una amplia gama de operaciones militares, incluida la limpieza de minas —«artificio explosivo provisto de espoleta (‘aparato que se coloca en la boquilla o en el culote de las bombas, granadas o torpedos, y sirve para dar fuego a su carga’), que, enterrado o camuflado (del francés camoufler, ‘disimular la presencia de armas, tropas, material de guerra, barcos, etc., dándoles apariencia que pueda engañar al enemigo’), produce su explosión al ser rozado».
Aparecieron modelos específicos, como carros de combate lanzallamas —’aparato usado en las guerras modernas para lanzar a corta distancia un chorro de líquido inflamado’—, para trasladar carros de combate inmovilizados y en otras funciones.
Los tanques desempeñaron un importante papel a favor de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial; pero también serían esenciales en su derrota, que comenzaría en la gran batalla del arco de Kursk, con la cual se iniciaría el viraje de la guerra.