A veces, cuando escribimos, parece que olvidemos lo que hemos escrito un momento antes, como Dory. Olvidamos cómo empezó la frase, olvidamos con qué sujeto debemos concordar el verbo que nos disponemos a teclear, olvidamos una palabra que acabamos de elegir… Todos esos «momentos Dory» tienen una fácil solución. Es la misma que solventa tantos otros errores del lenguaje: consiste sencillamente en repasar siempre los textos después de escribirlos. Solo cuando miramos con ojos de lector (y no de escritor olvidadizo), estos fallos salen a la luz.
Aquí van algunos ejemplos frecuentes de errores cuyos autores parecen haber olvidado lo escrito un instante antes:
1. Listados
Cuando se hace una lista de elementos, lo recomendable es que todos ellos tengan la misma categoría gramatical: todos sustantivos o todos verbos en infinitivo, por ejemplo.
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