Un mismo vocablo puede designar el todo y a la vez una de sus partes. El brazo está integrado por el antebrazo y el brazo; el día, por la noche y el día; el mar y la tierra forman parte de la Tierra.
Y de igual manera, el espacio en blanco entre palabras es un no signo que funciona como signo. Ese no signo (ausencia de todo rasgo) se convierte en signo para que con él diferenciemos bien entre “un barco chino” y “un bar cochino”; entre “dígalo, sin vergüenza” y “dígalo, sinvergüenza”. Por tanto, el signo y el no signo son igualmente signos, del mismo modo que el brazo está incluido en el brazo, el día está incluido en el día, la tierra está incluida en la Tierra y “correveidile” o “tentempié” son palabras de palabras.
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