La sucesión de divorcios y matrimonios, tan frecuente hoy en día, provoca que algunos padres procreen primogénitos que sin embargo ya tienen hermanos en el momento de nacer. Y el Diccionario ofrece para esos supuestos palabras como «madrastra» o «padrastro».
La escritora Elvira Lindo hablaba con Gemma Nierga en la SER el pasado martes sobre el término «madrastra», que le parecía connotado negativamente.
Tenía razón, las madrastras han sido descritas, sobre todo en los cuentos, como seres perversos (no sucede tanto con los padrastros). Y, por si eso fuera poco, resuena en estos vocablos un sufijo emboscado: -astro o -astra. La semana pasada señalábamos la fuerza analógica de otra sufijación: «podemitas» en vez de «podemistas». («Podemistas» se situaría en analogía con «socialistas» o «centristas»; es decir, partidarios de unas ideas; mientras que «podemitas» se alinea con «jesuitas», «husitas» o «ismaelitas…», y así los connota como seguidores de unas creencias…, a menudo desviadas de la fe verdadera).
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