A pesar de lo dicho, la respuesta a esta pregunta no parece ser tan simple ya que la sola afirmación de que «hablamos tico» muchas veces es empleada con connotaciones muy distintas. Así, cuando yo afirmo que hablo tico, simplemente, hago referencia a que utilizo una variedad del español propia del espacio geográfico que denomino «Costa Rica».
Por supuesto, cuando digo que hablo tico, o español tico, doy por descontado que, en otros países, se hablará nica o español nica, catracho o español hondureño, panameño o español panameño, y así sucesivamente.
Como ya podrá adivinarse, ese razonamiento lleva finalmente ante una paradoja inevitable: afirmar que en Europa pueda existir una comunidad de hablantes que hable español español, es decir, español de España. En otras palabras, es llegar a sostener que hay un español neutro, sin marcas distintivas, en una zona geográfica del mundo, pero sabemos que no existe tal cosa.
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