La mayoría de los niños de edad preescolar aun no comprenden conceptos de identidad o herencia cultural, pero suelen identificar el ser hispano con el español.
Francisco, un chico de 5 años de madre argentina y padre estadounidense sonrió pícaramente al escuchar la pregunta.
«No sé», dijo.
«¿Y cómo sabés que sos hispano… o argentino?», le preguntó su madre.
«Porque hablo más castellano que inglés», dijo enseguida.
Para Francisco, el idioma es su señal de orientación. A menudo le pregunta a su madre si están en Argentina o en Colorado, pues «como en la casa se habla español, el chico se desorienta».
Isabela, de 8 años, vive en Houston y dice que la gente se da cuenta de que ella es mexicana porque habla español.
«Hablar español es parte de mi familia» dijo. «A mí me gustan todas las palabras del español, porque muchas tienen sonidos bien diferentes del inglés, como la ‘ch’ y la ‘errrrre’».
Para Zora, de 4 años, la herencia hispana es algo más visual y glamuroso. Aunque la niña es de herencia latina-japonesa-alemana, según su madre, Zora insiste en que es latina.
Un día madre e hija vieron a unas chicas en Denver con sus vestidos de quinceañera y la niña le preguntó por qué estaban tan elegantes.
Al escuchar lo que era la fiesta y la tradición de la quinceañera, a Zora le quedó clarísimo la cuestión de su propia identidad.
«Pues mami, ¡yo soy latina!», le dijo con deseo de verse ya en su propia fiesta de quinceañera.
Para Nadia, de 11 años, ser hispana es en parte verse diferente. Nadia vive en Marinette, en el norte de Wisconsin.
«Como no hay muchos latinos aquí, la gente sabe que yo soy diferente», dijo. «Mi piel es un poco más oscura y la gente me pregunta de dónde soy. ¡Me han preguntado si soy egipcia!», exclamó.
Verónica, de 11 años, apuntó también a características físicas al definir su herencia hispana.
«Mis manos -explicó-, tengo manos que son definitivamente latinas… porque son como las de mi mamá».
Para Exequiel de 12 años, ser hispano en Houston (Texas) es una gran fuente de orgullo.
«Es sentirme orgulloso de mi idioma y así puedo ayudar a muchas personas que viven aquí», dijo. «Es respetar a mi familia y de donde vienen».
Maxx, de la misma edad, dice desde Fort Lauderdale (Florida) que ser latino es «familia, sabroso y amor todo junto en una olla en la cocina».
Para Sofía, de 12 años, el orgullo del legado hispano es precisamente estar en familia.
«Disfrutar de reuniones familiares, música, arroz con gandules», dijo desde Miami. «Y también poder hablar españolporque te puede abrir muchas puertas en el futuro».
Carlos, de 17 años, residente de Pembroke Pines, Florida, alude a esa facilidad de poder hablar dos idiomas como parte esencial de su identidad hispana.
«Y también las tradiciones familiares, en especial las navideñas, y los lazos de afecto con los abuelos, los primos y los tíos», dijo. «¡Lo duro que hablamos y lo mucho que nos reímos!»
Alex, de 18 años, aseguró que ser hispana significa haber crecido en una cultura en la cual la familia y la comida lo son todo.
«Además, el cumplir 18 años no significa que te vas de casa inmediatamente», dijo desde la casa familiar en San Antonio (Texas). «¿Cómo te vas a ir de casa a comer fideos ramen cuando te puedes quedar y comer arroz con pollo y tostones?».
«Las familias hispanas saben cómo mantenerse juntas en las buenas y en las malas, y nunca dejar solo a nadie», añadió. «Es por eso que en las fiestas siempre hay un derroche de risa, comida y amor».