«El hecho de que haya medios hispanos responde a una necesidad de información, de comunicación, de representación de un grupo que durante muchos años ha estado creciendo en el país», apuntó Retis, profesora de Periodismo en la Universidad Estatal de California Northdige.
En una entrevista a propósito de la presentación de su investigación Hispanic Media Today: Serving Bilingual and Bicultural Audiences in the Digital Age, Retis consideró además que cualquier análisis sobre los medios debe tener en cuenta la perspectiva histórica, geográfica, socieconómica y sociocultural.
La docente resaltó que en el país hay entre 58 y 60 millones de latinos, dependiendo de cómo se cuenten, lo que supone el 18 % de la población.
Pero esta comunidad, en la que los mexicanos, con un 62 %, son mayoría, seguidos de puertorriqueños, salvadoreños, cubanos, dominicanos, guatemaltecos, colombianos, hondureños e incluso españoles, no es homogénea y ha venido protagonizando diversos cambios en las últimas décadas.
«Los latinos en EE. UU. no somos un todo homogéneo aunque esa es una percepción que se tiene en el discurso público, que todos los latinos somos iguales que hablamos el mismo idioma, que tenemos la misma religión, la misma raza. Y no es así», aclaró.
En ese contexto, apuntó que «los medios hispanos son tan diversos como los grupos diversos de latinos que hay en Estados Unidos».
«La idea de englobar a las audiencias latinas como si fuéramos un todo, deja de lado entender nuestra propia diversidad», destacó esta profesora, quien señaló que a esas diferencias se suma ahora «la diversidad generacional», ya que el crecimiento de estas comunidades no está tanto en los que llegan sino en los nacidos en este país.
La catedrática detalló que muchos jóvenes «tienen un entendimiento» del español porque lo hablan con las madres, abuelos y la familia, pero «no necesariamente porque hayan sido educados académicamente en español».
Y «al no haber una educación formal del español, pues el bilingüismo se va diluyendo y se queda como una moneda de consumo, se queda en los afectos y en el consumo privado de los medios de comunicación», describió la experta, quien afirmó que los jóvenes hispanos veían la telenovela con la madre o la abuela y los deportes con los padres.
«Hace ciertas décadas, los medios se convirtieron en un elemento central de consumo privado que se acompañaba con la convivencia de la familia en los hogares», indicó Retis, pero advirtió de que con la aparición del internet y las redes sociales, «lo que antes era un consumo familiar» ha dado paso a las «multipantallas».
«Los medios tradicionales han ido perdiendo espacios debido al crecimiento de las plataformas digitales y ese es un reto que hay que enfrentar», apuntó esta estudiosa, quien sumó a este panorama panorama el uso por parte de las nuevas generaciones del inglés como idioma para informarse y entretenerse.
«Los que hemos llegado a EE.UU. como migrantes, nuestro español lo tenemos de primera lengua; las segundas y terceras generaciones hacen el giro contrario, el español empieza siendo su primera lengua en casa, pero una vez que entran a la educación académica, el inglés se convierte en su primera lengua y el español va quedando como lengua de herencia», comentó.
Retis explicó por otro lado que desde 2000 han surgido en el país «diferentes ofertas de medios latinos que se producen en inglés, en español o incluso en spanglish».
Por su parte, algunos medios en inglés como The New York Times han lanzado ediciones en español, lo que para ella demuestra que se vive «un momento de transición».
De allí que anticipó que los medios hispanos, si bien «no van a crecer en la misma proporción que lo hicieron en las décadas anteriores», deben tener en cuenta la diversidad lingüística, generacional, sociocultural de sus audiencias para mantenerse vigentes.