Es común la apreciación de las personas leídas cuando desprecian el recurso a las frases hechas, los dichos populares, los refranes. El caso más célebre de esa actitud es la del solemne y envarado don Quijote respecto al verbomotor Sancho Panza. Lejos de lograr la conversión de su escudero al lenguaje correcto, al final don Quijote se hace también refranero. La última frase que pronuncia en la agonía es un profundo dicho desengañado: «Ya en los nidos de antaño no hay pájaros hogaño».
Los escritores pulquérimos que aborrecen los dichos populares no se percatan de que también ellos recurren sin darse cuenta a las combinaciones de palabras troqueladas por el uso. Solo los grandes poetas son capaces de ligar un adjetivo con un sustantivo de una forma que nadie antes se había atrevido a juntar. Tal alarde de originalidad resulta difícil en la prosa literaria, imposible en el habla corriente.
No hay que despreciar las frases hechas, pero sí conviene averiguar su significación precisa, su origen, los matices que requiere. Aquí solo puedo ir desgranando algunas ilustraciones para gozar de ellas y poder pensar.
Leer más en libertaddigital.com